Las mejores aventuras siempre tienen características maravillosas pero desafiantes también. Hasta ahora, mi gran aventura en Chile no es una excepción porque a través mis experiencias ya he aprendido mucho. Estoy muy contenta de que la mayoría de mis experiencias hayan sido fantásticas. Por un lado, algunos de las partes destacadas incluyen mis interacciones con mi familia chilena, la ciudad animada, y las vistas increíbles alrededor de Valparaíso. Por el otro lado, los retos que he enfrentado incluyen el uso del transporte (público y privado), el entendimiento del lenguaje hablado, y el problema de contaminación. La primera experiencia notable que tuve en Chile fue en el aeropuerto. Llegué en la noche, mientras que la mayoría del grupo había llegado en la mañana. Entonces estaba cansada, con tres maletas y con el desafío de ir al hotel sola. Mi amiga chilena me había dicho que hay taxis de Uber en el país aunque no es exactamente legal. Por lo tanto llamé a un Uber y esperé en el aeropuerto atestado. Esperé por un tiempo y me di cuenta que frío era. El conductor me envió un mensaje diciendo que él no podía recogerme y que tenía que tomar un bus a un aparcamiento. Después de encontrar el bus correcto, tomé el bus con todo mi equipaje, pero cuando llegué finalmente el uber canceló el viaje. No estaba contenta. Me sentí frustrada especialmente porque no había wifi en la calle y tuve que volver al aeropuerto y en cambio pagué un taxi seguro. Esperé otra vez, y casi una hora después me dirigieron a un taxi, pero no esperaba que fuera un colectivo. Al menos encontré a un hombre simpático en el taxi. Durante el camino tuvimos una buena conversación, y estaba orgullosa con mi nivel de entendimiento español. Un poco más de una semana después, me siento bien sobre mi habilidad de comunicarme con mi familia chilena. Al mismo tiempo, noto que tengo que mejorar mucho para alcanzar un nivel más fluido, porque todavía necesito preguntar a mis hermanos para ralentizar o repetir lo que dicen, especialmente cuando usan muchos chilenismos. Tengo suerte que mi familia chilena sea muy amable, además me gusta mucho que sea progresistas en muchos temas culturales y políticos. Me dan muchas razones para sonreír. El otro reto que he encontrado es el nivel de contaminación en la ciudad. Me gusta mucho correr en los Estados Unidos, por ejemplo en el National Mall en Washington, DC. Pero aquí, el aire sucio lo hace muy difícil correr en el aire libre. Además, hay el tema de la basura en las calles y los ríos y una gran falta de mitigación. ¡Parece que nadie se preocupa suficiente para limpiar la contaminación!